• A menudo se pasa por alto la salud ocular de los niños

Una encuesta reciente revela que los padres suelen pasar por alto la salud ocular y la visión de los niños. La encuesta, que incluye una muestra de respuestas de 1.019 padres, revela que uno de cada seis padres nunca ha llevado a sus hijos al oftalmólogo, mientras que la mayoría de los padres (81,1 por ciento) han llevado a sus hijos al dentista durante el último año. Una afección visual común a la que hay que prestar atención es la miopía, según la compañía, y existen varios tratamientos que pueden retardar la progresión de la miopía en niños, adolescentes y adultos jóvenes.

Según las investigaciones, el 80 por ciento de todo el aprendizaje se produce a través de la visión. Sin embargo, los resultados de esta nueva encuesta revelan que aproximadamente 12.000 niños en toda la provincia (3,1 por ciento) experimentaron una caída en el rendimiento escolar antes de que los padres se dieran cuenta de que había un problema visual.

Los niños no se quejarán si sus ojos no están bien coordinados o si tienen dificultades para ver la pizarra en la escuela. Algunas de estas situaciones son tratables con ejercicios o lentes oftálmicas, pero no se tratan si no se detectan. Muchos padres pueden beneficiarse al aprender más sobre cómo el cuidado ocular preventivo puede ayudar a mantener el éxito académico de sus hijos.

A menudo se pasa por alto la salud ocular de los niños

Sólo un tercio de los padres que participaron en la nueva encuesta indicaron que la necesidad de lentes correctoras de sus hijos fue identificada durante una visita regular al oftalmólogo. Se estima que para 2050 la mitad de la población mundial será miope y, lo que es más preocupante, un 10 por ciento será altamente miope. Con el aumento de los casos de miopía entre los niños, los exámenes oculares completos realizados por un optometrista deberían ser la máxima prioridad para los padres.

Dado que la encuesta encontró que casi la mitad (44,7 por ciento) de los niños tienen problemas con su visión antes de que se reconozca la necesidad de lentes correctivos, un examen de la vista con un optometrista puede marcar una gran diferencia en la vida de un niño.

Cuanto más joven se vuelve miope un niño, más rápido es probable que progrese la afección. Si bien la miopía puede conducir potencialmente a un deterioro grave de la visión, la buena noticia es que con exámenes oculares regulares, comenzando desde una edad temprana, se puede detectar, abordar y controlar desde el principio.

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